lunes, 13 de abril de 2015

El Caballero de la Medicina

No es la primera vez que llego a pensar que, en un futuro terminaré siendo un centurión de la noche, o bien, mis desordenes hormonales y del sueño seran tales que no tendré energía para ejercer lo que me gusta. Bueno, realmente una introducción trágica, pero certera, a la cual no le daré importancia, siguiendo el ejemplo de aquellos que escriben a estas horas, a esos buhos que la Luna los hace salir de su madriguera. Pues la noche es hermosa, tan hermosa que me he enamorado de ella y aún sigo esperando encontrar alguien que refleje todos sus aspectos.

Hablo y escribo mucho, quizás por eso la mayoria se aburre de mí rapidamente. Pero de él no, creo que ese hombre es de esos costeños que muestran que nuestra raza es algo más que unos come burras, o unos tomadores rumberos empedernidos que dejan de trabajar para comprar el ron, tal y como nos pintan aquí en esta tierra de montañas, en la nevera y en otro descriptivo chibchombiano, para ciudades, que se te ocurra. Ese hombre no es asi, nunca aburre, es un señor digno de admirar el cual, clase tras clase, hace que el fuego de la pasión por mi carrera se avive más y más. No me gusta decir los nombres de las personas a las que les dedico un artículo. Pero bien, si estamos obligados a identificarlo, "El Caballero de la Medicina", es el nombre que más correcto me parece otorgarle.

Siempre puntual, pareciera que esta de pelea con la cama constantemente. A lo mejor más de uno ha hecho ese chiste. Pero tras esas madrugadas que nos hemos pegado por sus clases, detrás de esas idas sin desayunar, más alla de las veces en que hemos empujado en el metro como locos para no llegar cogidos del tiempo, Él, con su forma de ser, paternal y amigable, hace que el sueño se espante de nuestras pestañas, que de estar hechas de hierro pasan a ser livianas como la pluma.

"Recuerden que ustedes son triunfadores, unos ganadores, no se dejen vencer" Es la frase que más usa y la que me hace pensar ¿Cuántos maestros prepotentes no hay por ahi sueltos que, en vez de ayudarnos a formar en nuestra parte emocional, nos hacen sentir como inutiles y parias de la sociedad solo porque piensan que aprender con dolor es lo más ventajoso para el humano? Doy gracias a que este Caballero de la Medicina, es una excepción, es de esos hombres que, junto con el Médico Humanista, me hacen entender que la enseñanza de esta carrera va más alla de las notas, de acumular conocimientos para reproducirlos como una grabadora: No. Hombres como este caballero me hacen entender el porque usamos tanto esa frase de "El que de solo medicina sabe, ni medicina sabe".

¿Y porqué llamarle el Caballero de la Medicina? Pues porque su condición de profesor, de especialista y gran sabio dentro de mi facultad, no han hecho que pierda su amabilidad y humildad. Recto, correcto y derecho (que valga la buscada redundancia), Él, quien pone nuestros conocimientos practicos a fluir, siempre esta con una sonrisa en su rostro, no duda en tratarnos a todos por igual, y ante todo... es tolerante y consecuente con las cosas.

Desde que hice mi Semestre 0 en la heroíca, quede fascinado por la morfología, y su herramienta, la anatomia, a tal punto que ver cuerpos en formol me causa alegria pues puedo aprender más y más sobre esta maquina que mi alma maneja. Sin embargo, desde que me aficioné por visitar los anfiteatros, me acostumbre a practicar con piezas en mal estado. "Es normal" me decia. O bueno, eso pensé, hasta que este caballero, de una manera amable en su práctica, antes de empezarla, nos dijo

"Y antes de comenzar esta práctica de hoy, mis queridos estudiantes, les pido disculpas por el estado de estas piezas... ustedes se merecen algo mejor para aprender"

De esos maestros de vida que nos devuelven la esperanza en este sistema educativo que nos enseña todo a quemarropa... que nos hace pensar que el profesor es una figura que debe inspirar temor... que nos hace perder la esperanza en una generación soñadora...

...Nictófilo

No hay comentarios.:

Publicar un comentario